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sábado, 6 de julio de 2013

Verdades y mentiras del corte de digestión.

Si hay algo que todos hemos oído de nuestras madres es que no se debe entrar en el agua hasta dos horas después de haber comido, por que si no os puede dar un corte de digestión. Todo un clásico en verano, cuando, tras comer en la playa, justo cuando hace mas calor,  nos prohiben bañarnos....

Pues bien, aunque ese mito tiene algo de cierto, en su mayor parte es mentira asi que paso a explicaros que es lo que realmente ocurre.

En primer lugar la digestión no se corta ni se para por entrar en el agua. Eso es falso.  (y mucho menos que tengas algún problema por ello, ya que no sucede)

Lo que realmente ocurre es que tras comer, sobre todo si la comida es abundante, una buena parte de nuestra sangre se dirige  al estomago que esta en ese momento trabajando al máximo.

Si en ese momento nos metemos en el agua y esta esta muy fría, sucede que además, el sistema sanguíneo se adapta de forma rápida para que una buena parte de la sangre se mueva de forma  rápida hacia la piel para regular este cambio de temperatura. Es decir, de golpe tenemos la sangre acumulada en el estomago y en la piel.

La conclusión, es que en el resto del cuerpo hay de golpe menos sangre, y ese "resto del cuerpo" incluye el cerebro. Así que lo mas probable es que nos de un mareo, incluso que nos desmayemos. Y evidentemente si estas en la playa metido dentro del agua, que te desmayes no es precisamente la mejor de las noticias, ya que puedes llegar a ahogarte.


¿Como se puede evitar esto? Pues muy simple: La primera forma, es obviamente esperar dos horas. En ese tiempo la comida termina su paso por el estomago, y este no acapara tanta sangre con lo que a no ser que nos metamos en agua literalmente congelada, no habrá problemas.

La segunda forma, es meterse en el agua poco a poco. En primer lugar, por que si ves que te mareas, puedes salir, y en segundo lugar por que al meterse poco a poco en el agua e ir mojándose paulatinamente la nuca, los brazos etc, la sangre va hacia la piel, pero no de golpe. Lo hace poco a poco, y al cuerpo le da tiempo a reorganizarse para dirigir también suficiente sangre  al cerebro y al resto del cuerpo.

Eso si, aunque entremos poco a poco en el agua, evidentemente no es buena idea ponerse a hacer sobreesfuerzos enormes justo después de comer (dentro o fuera del agua), ya que entonces los que pueden necesitar la sangre son los músculos, y estamos en las mismas.

Así que ya sabéis, podéis bañaros después de comer, siempre y cuando lo hagáis con sensatez, y entrando en el agua poquito a poco.

Y si, madres de mundo, vuestros hijos también pueden.... (pero vigilando que no hagan mucho el salvaje.)

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