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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Como nos engañan con los numeros: el caso del déficit.



Hace algún tiempo dedique una entrada a hablar de cómo se nos puede manipular con los números, de la falta de espíritu crítico a la hora de analizar cifras, y del mal uso que hacia la prensa de las matemáticas.  Pues bien, hoy debo reconocer que a mi también me han engañado, o mas exactamente no tenía todo el conocimiento para entender toda la situación. Se trata del tan famoso déficit, y curiosamente ha sido un periódico alemán el que me ha iluminado sobre ello.

Se trata del tan famoso déficit. Todo el mundo sabe que el déficit se da en un porcentaje del PIB. Pero casi nadie se ha parado a pensar lo que eso significa. Y yo el primero, por mucho en que insista sobre que es algo que siempre se debe hacer siempre con los números. Así que vamos a analizarlo para saber de que estamos hablando.

En primer lugar hay que ser consciente de que tenemos dos datos: el primero es lo que gastamos por encima de nuestros ingresos en un año, y el segundo nuestro producto interior bruto (sin entrar en mucho detalle, la cantidad total de riqueza de nuestro país). Y la expresión habitual del  déficit, no es mas que el porcentaje de uno sobre el otro.

Ahora viene donde nos engañan: Nos dicen que hay que bajar el déficit. Vale. Y para ello nos dicen que tenemos que gastar menos. FALSO. Las matemáticas no mienten, y si es un porcentaje (o lo que es lo mismo, una división) PODEMOS BAJAR UNO O SUBIR EL OTRO.


Como siempre, creo que un ejemplo simple nos explicara las cosas. Para ello voy a exagerar mucho los números. Imaginemos que este mes hemos gastado 1000  euros mas de las que hemos ganado. Imaginaos que nuestra riqueza es de 100.000 euros. Nuestro déficit este mes, será del uno por ciento.

Ahora nos dicen que tenemos que bajarlo. Pues la opción que  está llevando a cabo el gobierno, es gastar menos. Si mantenemos una riqueza de 100.000 euros, y al mes siguiente solo gastamos 500 euros mas de las que ingresamos, nuestro déficit será del 0,5.  Hasta aquí bien.

PERO (y el pero es importante). Imaginaos que esa riqueza es porque somos una pequeña empresa. Y que esos 500 euros las hemos reducido de gastos de publicidad. Nos podemos encontrar ese mes con que efectivamente hemos solo hemos gastado 500 euros mas de loq ue ingresamos en vez de 1000, pero que al bajar la publicidad, bajan los pedidos previstos etc., y al final ese mes la riqueza de nuestra empresa no es 100.000, sino de 10.000. Pues bien, resulta que hemos reducido nuestros gastos “excesivos”, pero como también hemos reducido muchísimo nuestra riqueza, el déficit se planta en el 5 %


¿Hay otra forma de hacer las cosas? Evidentemente si. Y esta consiste simplemente en olvidarnos de los gastos, y subir nuestra riqueza.

Volviendo al ejemplo de antes: 1000 euros de gasto sobre nuestros ingresos, y 100.000 de riqueza o sea un déficit total del 1%. Pues imaginaros que al mes siguiente decidimos que vamos a gastar exactamente la misma cantidad, pero que la vamos a gastar mejor. Cambiamos la publicidad para gastar lo mismo, pero dirigida a otros clientes. Y la jugada nos sale bien, y nos llegan nuevos acuerdos. Imaginemos que por ello la riqueza de nuestra empresa pasa a ser de 200.000 Pues bien, con exactamente con los mismos gastos y los mismos ingresos, el déficit pasa a ser el 0,5%, es decir la mitad.

Y aun me siento mas engañado, cuando pienso en el siguiente caso:  imaginad que con los mismos datos (gasto excesivo de 1000, riqueza de 100.000, y por ello déficit del 1%). Imaginaros que decidimos jugárnoslo todo y hacemos una campaña de publicidad superagresiva, y por ello en vez de gastar menos, gastamos AUN MAS de lo que ingresamos, y que nuestros gastos son 2000 euros mas que nuestros ingresos. Pero gracias a ello, nuestra riqueza aumenta espectacularmente hasta los 400.000. Pues bien en ese caso, el déficit se habría reducido hasta el 0,5%.

Evidentemente la realidad es mas compleja. La primera critica evidente es que solo he hablado de los gastos, pero no he hablado de los ingresos, y hay otras muchas variables. 

Pero lo que hay que quiero dejar claro, para que no nos engañen es que ES POSIBLE reducir el déficit aumentando el gasto.

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