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jueves, 30 de marzo de 2017

La libertad de expresión ha muerto



Ayer, día 29 de Marzo, la libertad de expresión murió en España.


Llevaba tiempo gravemente enferma. Desde el momento en que la sociedad española pareció  admitir que la mejor forma de poner coto a la idiotez o la maldad de algunos era el código penal, se empezó a andar el camino que llevo al desenlace de ayer.

Contribuyeron a este desenlace además todos aquellos colectivos que creyeron, con razón o sin ella, que sus derechos merecían mas defensa que los de la población general. Ya no solo importaba el insulto, sino a quien insultabas.  Resulta que acordarse de la progenitora  de alguien es menos grave que llamarlo maricón, porque entonces estas cometiendo un delito de odio.  Debe de ser que con el primer insulto estamos queriendo  repartir paz y amor.   Y si  por medio de los insultos esta la iglesia, con la iglesia hemos topado. Delito de ofensa a los sentimientos religiosos.


Pero esto no mato a la libertad de expresión, oigan. O no solo eso.  La libertad de expresión siempre debió tener limites, porque si no seria ella la asesina y no la muerta. La asesina de la dignidad y de los derechos de otras personas.  El asesino de la libertad de expresión, el que clavo el clavo en su ataúd, tiene nombre de fiscal. Y de Juez que le ha dado la razón.


Como digo, la libertad de expresión siempre debió tener limites.  Pero como dice la manida frase, estos limites están donde empiezan los derechos de los demás.  O estaban, hasta ayer.


Ayer se condeno a una Twitera por hacer chistes sobre la muerte de Carrero Blanco.  Da igual que estos mismos chistes los hubiesen hecho Tip y Coll en el 84, o que apareciesen en el Jueves, o en la pagina satírica "el mundo today".   La igualdad ante la ley hace tiempo que ya esperaba en el cementerio a la libertad de expresión.  Como digo, lo grave no es que se la haya condenado por hacer unos chistes de pésimo gusto.  Esto podría llegar a entenderse como un limite lógico a la libertad de expresión.

Lo grave es que los afectados directos, la familia de Carrero Blanco, habían aclarado antes que no se sentían ofendidos ni humillados por estos chistes.  Y aun así, la fiscalía siguió actuando de oficio. Da igual que nadie considere sus dignidad dañada por lo que digas.  Da igual que nadie crea que has llegado a la barrera de sus derechos. La fiscalía puede encarcelarte por ello.


Tu libertad de expresión a partir de ahora, termina donde la fiscalía y el estado decidan. Aunque no haya conforntación con otros derechos.



Somos tan idiotas que aceptamos perder nuestra libertad de expresión con tal de que le metan un paquete al de enfrente. No vemos que con este fallecimiento, aceptamos que quien nos protegía a nosotros estará mañana en el cementerio.


A partir de ahora que nadie se queje si no se deja circular a un autobús con un cartel. O si se denuncia a una persona por ofensa a los sentimientos religiosos. O si te condenan a la cárcel por hacer chistes que a otro le parecen de mal gusto.  No se os ocurra hacer un chiste de gangosos. O de mariquitas. No se os ocurra bromear sobre una enfermedad. Y no uséis nunca jamas la palabra " maricón".


Ya no es que os pueda denunciar alguien que se pueda sentir molesto por lo que digáis de el. Es que el estado de forma preventiva actuara contra vosotros.


Olvidaros de la libertad de expresión.


Fue enterrada ayer, entre los aplausos de muchos.



EDITO ESTA ENTRADA:

Con posterioridad a escribir esto, han salido a la luz mensajes de tuiter de la condenada, que muestran a las claras que desde lyego no era un angelito, y que posiblemente se merece la condena puesta.

No obstante y por si no quedase claro, la idea de este mensaje no iba contra la condena en si misma sino contra el hecho de que sea el estado el que actue de oficio en casos que afectan a la libertad de expresión, o a cualquier tipo de contraposicion de 2 derechos.

Si denunciase uno de los afectados (u sos familiares, o una asociación de victimas, etc) no habria problema, porque seria un ciudadano que ve mermado sus derechos por las declaraciones de otro.

Pero al denunciar el fiscal (o la policia) es el estado el que impone limites a la libertad de expresion de esa persona sin que nadie se lo haya pedido y sin que nadie haya dicho que siente menguados sus derechos.

Eso es lo que me parece grave.






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